sábado, 5 de setembro de 2015

Coleção infantil ‘Antiprincesas’ conta histórias de mulheres inspiradoras

“Conhecemos muitas histórias de grandes homens, mas não tanto de grandes mulheres. Sim, conhecemos algumas princesas, mas elas estão longe de nossa realidade, vivendo em castelos enormes e frios”. 

Assim começa a obra dedicada à artista chilena Violeta Parra. Este é o segundo livro da coleção “Antiprincesas” da editora de livros Chirimbote que mostra mulheres latino-americanas como protagonistas. O primeiro livro contou a história de Frida Kahlo.

Ambos escritos por Nadia Fink, o terceiro livro será dedicado a Juana Azurduy, militar que participou das lutas pela independência da América espanhola. A grande inspiração que levou ao nascimento da coleção foi “um conflito latente na educação”, disse a autora ao portal La Capital. “Por um lado, o modelo de princesas Disney, reforçado a cada nova produção cinematográfica e, por outro lado, a chegada de um modelo que eleva e ressalta as figuras de mulheres combatentes, comprometidas com seu entorno” .
“Uma de nossas preocupações foi tentar entender os novos formatos experimentados por meninas e meninos de hoje, onde a linguagem não é linear e, sim, distribuída em várias janelas na tela para interagir. Nós valorizamos as novas gerações e não renegamos suas mudanças e desenvolvimento”.



leia a entrevista com a autora (em espanhol)

“Contamos historias de mujeres… Por qué? Porque conocemos muchísimas historias de hombres importantes pero no tanto de ellas… Sabemos de algunas princesas, es verdad, pero qué lejos están de nuestra realidad esas chicas que viven en castillos enormes y fríos. Hay mujeres por acá, en América Latina, que rompieron los moldes de la época”. Así comienza el volumen de la colección Antiprincesas, de las editoriales Sudestada y Chirimbote, dedicado a la vida y obra de Violeta Parra. Se trata del segundo libro, después del que cuenta la historia de Frida Kahlo que inauguró la serie, pensado para chicas y chicos que crecen en pleno siglo XXI. Un tiempo en el que empiezan a cambiar los paradigmas de lo femenino y lo masculino y en el que también muta el modo de leer y de vincularse con el texto escrito.
Ambos narrados por Nadia Fink, los libros -ya se viene el tercero dedicado a Juana Azurduy- proponen un recorrido de lectura intervenido por palabras, ilustraciones, recuadros e imágenes que forman un todo difícil de separar, a tono con la cultura de las pantallas.
“Una de nuestras preocupaciones es tratar de comprender los formatos nuevos que experimentan las chicas y chicos de hoy, donde el lenguaje no es lineal, sino distribuido en múltiples ventanas de la pantalla que interactúan entre sí. Eso nos parece fundamental. Valoramos a las nuevas generaciones y no renegamos de sus cambios y evoluciones, por eso intentamos transformar en arte su mirada nueva sobre el mundo”, dijo Fink a LA CAPITAL.
El disparador que motivó el nacimiento de la colección fue “un conflicto latente en la educación”, comentó la autora. Por un lado el auge del modelo de la princesa que instaura Disney, reforzado en cada nueva producción cinematográfica de la factoría, y por el otro la llegada de un modelo que eleva y resalta las figuras de mujeres luchadoras, comprometidas con su tiempo y su entorno.
Hay “un creciente interés en desenterrar historias de mujeres independientes y luchadoras, antes ocultas. ¡Entonces la idea de la colección surge por sí sola!”, agregó Fink.
– ¿Cuál es el criterio de selección de los personajes históricos de la colección?
– Pensamos en personajes conocidos que no se les enseñaban a las chicas y los chicos, tal vez porque no sabían cómo explicarles sus conflictos con la sociedad machista. Hay cierto temor a mostrar otras formas de encarar la vida, sobre todo con respecto a la maternidad, la relación con el propio cuerpo, la sexualidad, etc. Mientras tanto, encontramos a esas princesas europeas tan alejadas de nuestra realidad latinoamericana que, además, muestran estereotipos de mujeres muy diferentes a lo que somos. De ahí que lo de antiprincesas no es tanto en un sentido negativo, sino que acercamos a las y los más pequeños historias de mujeres reales que trascendieron su tiempo y rompieron estructuras.
– Además de Frida y de Violeta Parra, ¿qué otras van a aparecer?
– Estamos trabajando en Juana Azurduy. Por un lado, la idea es recorrer el camino de mujeres, desandar esas huellas para descubrirles su valor y para que puedan ser un espejo distinto en el cual las niñas de hoy puedan reflejarse. Por eso, lo ideológico es fundamental, porque desde la rebeldía, la pasión y mucha alegría han pensado en el compromiso propio pero también con las y los otros. Algunas a través del arte, y en el caso de Juana a través de las luchas por la liberación. Eso es fundamental porque creemos que nuestros pequeños tienen un espíritu colectivo que estimulamos contando estas historias de mujeres maravillosas que se animaron a poner las cosas patas para arriba.
– Frida y Parra tienen en común el haber sido artistas, ¿incluirás alguna otra mujer vinculada a otras disciplinas?
– Tal vez Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, poetas. Lola Mora, escultora. Pero también nos atraen las figuras de las mujeres que lucharon por la libertad de su pueblo, como Micaela Bastidas.
– Además, ambas también coinciden en haber tenido una definición ideológica contundente, ¿es prioritario ese rasgo?
– La ideología recurrente es la búsqueda del arte popular, la lucha por la libertad y la igualdad de género. No importa si son anarquistas, comunistas, socialistas o peronistas.
– Cómo fue el proceso de investigación de cada libro?
– En el caso de Frida y de Violeta, venía investigando sus historias desde hace años, conocía en profundidad sus historias y fue más simple. Volví a revisar todos los libros que había leído (siguen siendo mi fuente principal) para poder adaptarlos a un lenguaje infantil aunque, repetimos siempre, no por eso empobrecido. En ese sentido, nos animamos a abordar todos los temas, sin subestimar la inteligencia de las y los más pequeños y tratando de generar curiosidad y nuevas preguntas. En el caso de Juana me resultó más difícil porque casi no hay bibliografía sobre su vida.
– En la colección es fundamental el peso que tiene el diseño gráfico. En este sentido, trabajaste en equipo con el diseñador y el ilustrador?
– Nuestros libros son integrales porque con Pitu (el ilustrador) y Martín Azcurra (el diseñador) trabajamos en permanente ida y vuelta. Los textos y los dibujos van y vienen entre nosotros y se reescriben o se recrean según lo que nos va pasando en ese intercambio. Los dibujos de Pitu no son sólo un complemento de las palabras, sino que cada imagen cobra un nuevo sentido y complementa a la palabra y la sensibilidad en sus imágenes es evidente. El propósito del trabajo de Martín, como el los demás, es que cada libro sea único, que nunca creamos que encontramos un patrón y ahí vamos metiendo nuevas imágenes o letras. Cada libro es un proceso creativo nuevo.
– Ambos volúmenes parecen tener dos destinatarios, dos lectores: niños y docentes, ¿es correcta esta apreciación? Teniendo en cuenta las actividades que proponés al finalizar.
– Pensamos un público que se fue modificando con la salida de los libros: por un lado, además de las niñas y niños, los han recibido muy bien las y los adolescentes. Con respecto a las actividades, pensamos en docentes que quisieran tener disparadores para trabajarlos en el aula, pero también padres o madres que quisieran seguir jugando con sus hijos después de la lectura y todo espacio en el que se trabaje con los más pequeños.
– En este nuevo paradigma social que se abre, la mujer adquiere mayor relevancia, sus luchas, sus obras, etc. ¿Te parece que aún falta camino por recorrer para que la mujer sea vista y considerada en igualdad de condiciones que un varón para su desarrollo en el mundo?
– Creo que hay avances notorios pero que aún falta mucho para conseguir igualdad de condiciones en muchos ámbitos. Que la marcha #Niunamenos haya sido tan multitudinaria sienta un precedente, que tengamos que marchar para que no nos maten por ser mujeres, demuestra la desigualdad. Lo que sí rescato es que las mujeres (desde el principio de los tiempos y a pesar de que muchas veces no se valoren las relaciones profundas de amistad entre nosotras) siempre se organizan, se ayudan, se acompañan, luchan juntas. Por eso, también, nuestro granito de arena es aportar a que las niñas puedan crecer con esos otros reflejos de mujeres creativas, que intentan superarse, solas o con sus hijos, que salen a trabajar pero siguen siendo quienes más se hacen cargo de sus hogares de sus niños y niñas, pero que siempre están en movimiento para que las cosas no queden como están.

Fonte:  Catraca Livre

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