“Conhecemos muitas histórias de
grandes homens, mas não tanto de grandes mulheres. Sim, conhecemos algumas
princesas, mas elas estão longe de nossa realidade, vivendo em castelos enormes
e frios”.
Assim começa a obra dedicada à artista chilena Violeta Parra. Este é
o segundo livro da coleção “Antiprincesas” da editora de livros Chirimbote que
mostra mulheres latino-americanas como protagonistas. O primeiro livro contou a
história de Frida Kahlo.
Ambos escritos por Nadia Fink, o
terceiro livro será dedicado a Juana Azurduy, militar que participou das lutas
pela independência da América espanhola. A grande inspiração que levou ao
nascimento da coleção foi “um conflito latente na educação”, disse a autora ao
portal La Capital. “Por um lado, o modelo de princesas Disney, reforçado a cada
nova produção cinematográfica e, por outro lado, a chegada de um modelo que
eleva e ressalta as figuras de mulheres combatentes, comprometidas com seu
entorno” .
“Uma de nossas preocupações foi
tentar entender os novos formatos experimentados por meninas e meninos de hoje,
onde a linguagem não é linear e, sim, distribuída em várias janelas na tela
para interagir. Nós valorizamos as novas gerações e não renegamos suas mudanças
e desenvolvimento”.
leia a entrevista com a autora
(em espanhol)
“Contamos historias de mujeres… Por qué? Porque conocemos muchísimas
historias de hombres importantes pero no tanto de ellas… Sabemos de algunas
princesas, es verdad, pero qué lejos están de nuestra realidad esas chicas que
viven en castillos enormes y fríos. Hay mujeres por acá, en América Latina, que
rompieron los moldes de la época”. Así comienza el volumen de la colección
Antiprincesas, de las editoriales Sudestada y Chirimbote, dedicado a la vida y
obra de Violeta Parra. Se trata del segundo libro, después del que cuenta la
historia de Frida Kahlo que inauguró la serie, pensado para chicas y chicos que
crecen en pleno siglo XXI. Un tiempo en el que empiezan a cambiar los
paradigmas de lo femenino y lo masculino y en el que también muta el modo de
leer y de vincularse con el texto escrito.
Ambos narrados por Nadia Fink, los libros -ya se viene el tercero dedicado
a Juana Azurduy- proponen un recorrido de lectura intervenido por palabras,
ilustraciones, recuadros e imágenes que forman un todo difícil de separar, a
tono con la cultura de las pantallas.
“Una de nuestras preocupaciones es tratar de comprender los formatos nuevos
que experimentan las chicas y chicos de hoy, donde el lenguaje no es lineal,
sino distribuido en múltiples ventanas de la pantalla que interactúan entre sí.
Eso nos parece fundamental. Valoramos a las nuevas generaciones y no renegamos
de sus cambios y evoluciones, por eso intentamos transformar en arte su mirada
nueva sobre el mundo”, dijo Fink a LA CAPITAL.
El disparador que motivó el nacimiento de la colección fue “un conflicto latente
en la educación”, comentó la autora. Por un lado el auge del modelo de la
princesa que instaura Disney, reforzado en cada nueva producción
cinematográfica de la factoría, y por el otro la llegada de un modelo que eleva
y resalta las figuras de mujeres luchadoras, comprometidas con su tiempo y su
entorno.
Hay “un creciente interés en desenterrar historias de mujeres
independientes y luchadoras, antes ocultas. ¡Entonces la idea de la colección
surge por sí sola!”, agregó Fink.
– ¿Cuál es el criterio de selección de los personajes históricos de la
colección?
– Pensamos en personajes conocidos que no se les enseñaban a las chicas y
los chicos, tal vez porque no sabían cómo explicarles sus conflictos con la
sociedad machista. Hay cierto temor a mostrar otras formas de encarar la vida,
sobre todo con respecto a la maternidad, la relación con el propio cuerpo, la
sexualidad, etc. Mientras tanto, encontramos a esas princesas europeas tan
alejadas de nuestra realidad latinoamericana que, además, muestran estereotipos
de mujeres muy diferentes a lo que somos. De ahí que lo de antiprincesas no es
tanto en un sentido negativo, sino que acercamos a las y los más pequeños
historias de mujeres reales que trascendieron su tiempo y rompieron
estructuras.
– Además de Frida y de Violeta Parra, ¿qué otras van a aparecer?
– Estamos trabajando en Juana Azurduy. Por un lado, la idea es recorrer el
camino de mujeres, desandar esas huellas para descubrirles su valor y para que
puedan ser un espejo distinto en el cual las niñas de hoy puedan reflejarse.
Por eso, lo ideológico es fundamental, porque desde la rebeldía, la pasión y
mucha alegría han pensado en el compromiso propio pero también con las y los
otros. Algunas a través del arte, y en el caso de Juana a través de las luchas
por la liberación. Eso es fundamental porque creemos que nuestros pequeños
tienen un espíritu colectivo que estimulamos contando estas historias de
mujeres maravillosas que se animaron a poner las cosas patas para arriba.
– Frida y Parra tienen en común el haber sido artistas, ¿incluirás alguna
otra mujer vinculada a otras disciplinas?
– Tal vez Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, poetas. Lola Mora,
escultora. Pero también nos atraen las figuras de las mujeres que lucharon por
la libertad de su pueblo, como Micaela Bastidas.
– Además, ambas también coinciden en haber tenido una definición ideológica
contundente, ¿es prioritario ese rasgo?
– La ideología recurrente es la búsqueda del arte popular, la lucha por la
libertad y la igualdad de género. No importa si son anarquistas, comunistas,
socialistas o peronistas.
– Cómo fue el proceso de investigación de cada libro?
– En el caso de Frida y de Violeta, venía investigando sus historias desde
hace años, conocía en profundidad sus historias y fue más simple. Volví a
revisar todos los libros que había leído (siguen siendo mi fuente principal)
para poder adaptarlos a un lenguaje infantil aunque, repetimos siempre, no por
eso empobrecido. En ese sentido, nos animamos a abordar todos los temas, sin
subestimar la inteligencia de las y los más pequeños y tratando de generar
curiosidad y nuevas preguntas. En el caso de Juana me resultó más difícil
porque casi no hay bibliografía sobre su vida.
– En la colección es fundamental el peso que tiene el diseño gráfico. En este
sentido, trabajaste en equipo con el diseñador y el ilustrador?
– Nuestros libros son integrales porque con Pitu (el ilustrador) y Martín
Azcurra (el diseñador) trabajamos en permanente ida y vuelta. Los textos y los
dibujos van y vienen entre nosotros y se reescriben o se recrean según lo que
nos va pasando en ese intercambio. Los dibujos de Pitu no son sólo un
complemento de las palabras, sino que cada imagen cobra un nuevo sentido y
complementa a la palabra y la sensibilidad en sus imágenes es evidente. El
propósito del trabajo de Martín, como el los demás, es que cada libro sea
único, que nunca creamos que encontramos un patrón y ahí vamos metiendo nuevas
imágenes o letras. Cada libro es un proceso creativo nuevo.
– Ambos volúmenes parecen tener dos destinatarios, dos lectores: niños y
docentes, ¿es correcta esta apreciación? Teniendo en cuenta las actividades que
proponés al finalizar.
– Pensamos un público que se fue modificando con la salida de los libros:
por un lado, además de las niñas y niños, los han recibido muy bien las y los
adolescentes. Con respecto a las actividades, pensamos en docentes que
quisieran tener disparadores para trabajarlos en el aula, pero también padres o
madres que quisieran seguir jugando con sus hijos después de la lectura y todo
espacio en el que se trabaje con los más pequeños.
– En este nuevo paradigma social que se abre, la mujer adquiere mayor
relevancia, sus luchas, sus obras, etc. ¿Te parece que aún falta camino por
recorrer para que la mujer sea vista y considerada en igualdad de condiciones
que un varón para su desarrollo en el mundo?
– Creo que hay avances notorios pero que aún falta mucho para conseguir
igualdad de condiciones en muchos ámbitos. Que la marcha #Niunamenos haya sido
tan multitudinaria sienta un precedente, que tengamos que marchar para que no
nos maten por ser mujeres, demuestra la desigualdad. Lo que sí rescato es que
las mujeres (desde el principio de los tiempos y a pesar de que muchas veces no
se valoren las relaciones profundas de amistad entre nosotras) siempre se
organizan, se ayudan, se acompañan, luchan juntas. Por eso, también, nuestro
granito de arena es aportar a que las niñas puedan crecer con esos otros
reflejos de mujeres creativas, que intentan superarse, solas o con sus hijos,
que salen a trabajar pero siguen siendo quienes más se hacen cargo de sus
hogares de sus niños y niñas, pero que siempre están en movimiento para que las
cosas no queden como están.
Fonte: Catraca Livre
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